Sobre ri?pido, cuando estaban an aspecto de cerrarse las puertas del elevador, una mano las detiene. Ramon, de contabilidad, entra desplazandolo hacia el pelo, mirandose mutuamente, se sonrien. “?Ahora de que diablos voy a hablar?”, te preguntas, mientras tus manos empiezan a sudar. ?En la boda sobre tu prima te sentaron en una mesa con […]